martes, 2 de febrero de 2016

En busca de Cabo Verde (VIII)






AMANDIO CABRAL. Compositor del morna más conocido internacionalmente -“Sodade”, compuesto a medias con Luis Morais-, Amandio Cabral – originario de São Nicolau- tuvo que luchar contra una vida difícil y precaria desde muy temprano. Después de bregarse en el circuito local, acabo instalado en San Francisco (Estados Unidos), donde se adentró en terrenos más orientados al jazz o la bossa nova. No obstante, es uno de los compositores de morna ineludibles desde que cogiese por primera vez una guitarra a finales de los años cuarenta. Murió en 2005, pero su estela permanecerá por siempre indeleble para cualquiera que quiera acercarse al misterio del morna. “Sodade Di Longe” es otro de esos clásicos de infinita tristeza, mientras que “Corpim Sabe” (no confundir con la tonada de Dionisio Maio) nos muestra a un Amandio pletórico en su asimilación de la coladeira más rotunda y festiva.






MARINO SILVA. Empieza a actuar a finales de los años cincuenta y a grabar a principios de los sesenta, teniendo su centro de operaciones desde muy pronto en Lisboa donde se convirtió, como Bana, en uno de los embajadores ineludibles de las músicas del archipiélago en el continente europeo. Reconocido por las últimas generaciones –Tito Paris, Nancy Vieira- como todo un referente, su voz dulce y sentida -nada afectada- domina serenatas tan encantadoras como “Morna Pa Mamãe” –que da título a uno de sus discos más celebrados- o coladeiras ocurrentes como “Cadera D' Barber”.






FRANK MIMITA. Nacido en la capital, Praia, y fallecido a la edad de 37 años (en 1980) en la ciudad holandesa de Rotterdam. Gran divulgador no solo de las músicas originarias de Cabo Verde sino de varios de los dialectos del país a los que puso música con el afán de que no quedasen perdidos definitivamente por el camino. Pasó de las serenatas de su primer grupo (Bomba 58) a otras cadencias más fiesteras, demostrando en todo momento su solvencia como intérprete y compositor. Fue, como otros muchos, a buscarse la vida al “imperio”: Lisboa acogió sin problemas sus trepidantes ritmos llenos de tabanca o de cumbia, aquí representados en “No Ba Dia Nos Terra” y “T'ma Bo Lugar” sin olvidar jamás, cómo no, los mornas.





ABEL LIMA. Nacido en Boa Vista, Don Abel (como se le conoce mayormente) comenzó su actividad artística a finales de los 60. Su primera participación discográfica fue en el disco de Kaoguiamo “Steh Auf Sklave”, álbum de 1975 –el año de la descololonización- con un marcado acento político –el propio Lima compuso de ese disco, entre otras, “Amílcar Cabral”, dedicada al libertador caboverdiano por excelencia-, para después hacerse acompañar de Les Sofas y continuar ya en los ochenta una imparable carrera en solitario. Infeccioso afro-funk (“Corre Riba Corre Baxo”), rumba despechada, son soulero o morna desgarrador –“Roterdam”- fueron algunos de los sonidos que puso Abel a su reivindicación siempre precisa y certera: sin contemplaciones.

AMERICO BRITO & DJARAMA. Natural de Fogo y holandés de adopción, empezó en el país de los tulipanes con el grupo Babylon para después liderar con mano férrea su grupo más exitoso: Djarama. Tropicalismo, funk, rock setentero… la coctelera de Djarama es del todo irresistible. Música de baile contaminada por un glorioso diálogo entre los teclados psicodélicos y unas guitarras que regurgitan con pasmosa naturalidad. Dos pruebas ello: “Morte e Discanso” y “Boogie Time”.






NHÔ BALTA & BLACK POWER. Otros que utilizaron la imagen del Nelson Mandela caboverdiano –Amílcar Cabral- como reclamo para sus discos, ya sea a nivel puramente estético o ideológico. Baltasar Januário Lima de Barros -Nhô Balta para los amigos- fue (y sigue siendo) un luchador infatigable: expatriado forzosamente a Holanda, desde este destino conspiró, junto con otros muchos camaradas, a favor de la independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde respecto de Portugal. El disco que realizó junto con los maravillosos Black Power (que también acompañarían a otras figuras como Carlos Pop), y del que extraemos dos canciones, se sumerge en las dulces aguas del soca más intimista pero no por ello menos batallador. “Oh Africa” es un monumental canto a favor de la liberación de los pueblos sometidos, con efluvios hawaianos (la canción que da título genérico al disco) y mucha nostalgia por la tierra natal -“Sodadi Cabo Verde”-.







OS APOLOS. Funcionaron entre 1969 y 1982. Liderados por el malogrado Noel Gabriel dos Reis Lopes -más conocido como Secré-, fueron incesantes los rumores durante los últimos años que apuntaban a una reunión de la formación original que, sin embargo, la muerte de Secré en 2014 desbarató por completo. En su correspondiente éxodo del archipiélago abrazaron las influencias antillanas con fruición, con genuflexiones prominentes al merengue y el ska, como queda reflejado en “Trabessado”. En el caso de “Fogo na Pitada” la impregnación pop sesentera "ye-yé" resulta reveladora desde los primeros compases.


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